LA COLUMNA DE ARMONÍA Y SU FUNCIÓN EN MASONERÍA
Durante las reuniones que mantenemos los masones a las que denominamos Tenidas, tenemos la fortuna de que siempre se encuentran acompañadas de la música más adecuada a cada momento. De ello se encarga el Maestro de la Columna de Armonía.
Es este un oficio del que ya encontramos referencias en diferentes documentos masónicos.
Esto nos da una idea de la importancia y responsabilidad que tiene este Oficio y de la tremenda confianza que debe de tener el resto de miembros de la Logia en él.
En las Constituciones de Anderson de 1723 se realizan las primeras alusiones musicales en Masonería, mencionándose “el canto del Maestro, el del Vigilante, el del Compañero y el Canto para la recepción de Aprendices”, apareciendo la Columna de Armonía al final del reinado de Luis XV, con siete instrumentos: dos clarinetes, dos cuernos, dos fagots y un tambor.
El papel de la Columna de Armonía no ha de ser el de amenizar la Tenida, señalándose por distintos estudiosos que “la Tenida no es un concierto”, siendo que los trabajos serían adecuados aun sin música, pero ayuda a realzar la Tenida adaptándose en su ritmo y duración.
En este sentido, la música coadyuva a ensalzar, poner de relieve, enfatizar y, lo más importante, ayuda a crear estados de conciencia alterados de manera subconsciente, teniendo un papel importante en el impacto emocional que éste supone para el masón, siendo considerada, desde un punto de vista místico-espiritual, como elemento unificador entre el ser humano y naturaleza.
Todo lo anteriormente señalado no hace sino enfatizar que la Columna de Armonía, para desempeñar correctamente su función, tiene que no sólo poseer una cierta cultura musical y sensibilidad, sino que debe tener un enorme conocimiento del momento y lugar en que se celebre la Tenida, dado que, como su propio nombre indica, debe mantener una necesaria armonía entre su cometido de realzar la Tenida siendo un acompañante rítmico del desarrollo de la misma.
Es decir, la Columna de Armonía es un elemento auxiliar en la asunción del psicodrama necesario para la creación de egregor y la alteración emocional que se realiza en las Tenidas, permitiendo un momento de recogimiento, creando un espacio propicio a la reflexión durante momentos de silencio e, incluso, aportando un toque de humor que ayude a distender la atmósfera en momentos tensos durante los trabajos.
Como conclusión, señalamos que no cabe duda de que el desempeño de este oficio ayudará a aumentar la emoción que particularmente se siente en cada uno de los pasos de su desarrollo materializada en la elección de una u otra pieza musical y en cómo hacerla encajar en armonía dentro de la Tenida.
Es decir, partiendo de la base de que una Logia es una reproducción del mundo a escala, ayudará a equilibrar la emoción y sentimientos más subconscientes para que queden en armonía con el discurrir del mundo, en cuyo estudio se deberá profundizar a tal fin.
Para escuchar un pequeño fragmento de la Flauta Mágica de Mozart pincha aquí.