LOCAS DE LA HISTORIA

LOCAS DE LA HISTORIA

BRUJA, LOCA, ENDEMONIADA, tantas veces lo escucharon nuestras antepasadas cuando querían ser libres. Libres de convenciones sociales, libres de un marido infiel o maltratador, de unos padres dominantes.

Estos términos se han venido usando a lo largo de la historia para controlarnos, para excluirnos  del mundo de lo “racional”, de la “normalidad” y también como un vehículo de ridiculización que nos condenaba  a una sistemática marginación en el escenario de la Historia.

Las tachadas de “locas” han sido a menudo castigadas mediante diferentes mecanismos que van desde los más leves como silenciamiento, aislamiento, control o privación de su libertad, etc., hasta los más graves como internamiento forzoso en asilos u hospitales psiquiátricos o la imposición de medicaciones o tratamientos agresivos (electroshock o lobotomía).

Según la Biblia y el Corán, las mujeres fuimos creadas por Dios en el sexto día de la creación; en un principio Dios creó al primer hombre y a la primera mujer de barro, pero no salió bien, la primera mujer salió respondona.

Lilith, que así se llamaba, según la tradición hebrea, abandonó a su marido y se marchó del edén cuando Adán quiso mandar sobre ella -"yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual"-. "En la religión judía, la muerte súbita de un bebé la explican aludiendo a Lilith -ella se ha llevado a tu hijo-. Al nacer, le ponen un amuleto a los niños que pone 'Lilith, vete' en hebreo.

Adán, se vio solo, ¡una sola mujer y resulta un demonio!  Solución, la próxima iba a ser más complaciente, ya no sería su igual, le quitaron una costilla y ahí estaba Eva, más complaciente y dependiente (era la costilla). Adán iba a estar entretenido con alguien que le pertenecía.

Tal cual nos crearon, tal cual fastidiamos el paraíso, según la historia.

Eva, solo quería tener el conocimiento del bien y del mal, Adán parece que se conformaba con vivir sin hacer preguntas. Sabemos que la búsqueda del conocimiento le supuso el enfrentamiento con la realidad, fuera de la zona de confort y nos echaron del paraíso.

Y, ¿qué ha sido de nosotras tras la salida del paraíso? Nada bueno, o éramos sumisas, al fin y al cabo, les pertenecíamos, o brujas.

Las mujeres del imperio romano, nada tontas, cambiaron la historia, para bien o para mal, nadie les iba a dar el poder, había que tomarlo. "¿Qué papel tiene una mujer en una reunión pública?", preguntó el escritor Valerius Maximus a principios del siglo I d.C. "Ninguno, si se observan costumbres ancestrales", se respondió.

De todas las dinastías imperiales romanas, la Julio-Claudia fue la primera y la más larga, extendiéndose desde el año 27 a.C. al 68 d.C.

Gobernaron cinco emperadores varones, pero la línea de sangre pasó por la estirpe femenina: mujeres sin las cuales la dinastía no habría podido existir. Hay que decir que nuestras antepasadas romanas, no se “cortaban un pelo” para conseguir el poder.

Cleopatra, recibió los siguientes piropos “serpiente, embaucadora y hechicera”. La versión más contada de su vida es que sedujo a los dos hombres más poderosos de Roma para conservar el trono. Pero la verdad, menos conocida, es que fue una faraona culta y estratega que gobernó para proteger a su pueblo, Egipto, del avance de Roma, consiguiendo extender sus confines y devolverle su esplendor.

Hipatia de Alejandría, enfadó mucho a los fanáticos cristianos, en concreto al patriarca Cirilo, pero fue un modelo de libertad, por su lucha contra el oscurantismo y la superstición, como no podía ser de otra manera, la mataron para que el cristianismo estuviera a salvo.

 "Hubo mujeres, la mayoría de clase alta, que crearon conventos seglares que escapaban a la jerarquía de la Iglesia. Vivían allí para poder estudiar y formarse tranquilas. Ellas conocían la anatomía, la astronomía, la botánica. La gente iba a consultarle por enfermedades o remedios. Tomaron un poder importante. En el Concilio de Trento desmantelan todos los conventos seglares"

"El Concilio de Trento intenta frenar el avance de protestantismo en Europa. De pronto, uno de los puntos del Concilio es limpiar los conventos. ¿Qué tiene que ver? Aprovechan para quitarse de en medio a estas mujeres con un poder que ni a la Iglesia ni a la sociedad les interesaba. Algunas se adhirieron de un modo pacífico a órdenes religiosas. Las que no eran brujas dominadas por el diablo", nos cuenta Pepa Merlo, investigadora e historiadora.

La historia más conocida de Juana de Arco es que fue quemada en la hoguera, con solo 19 años, acusada de brujería.

Durante casi 50 años, la reina legítima de España estuvo confinada en un palacio de Tordesillas: según algunos, víctima de una conspiración de sus parientes todopoderosos; según otros, a causa de una innegable enfermedad mental. Juana de Castilla fue atractiva desde su niñez. También era inteligente, ya que aprendió latín y poseía notables aptitudes para la música. En 1501, el obispo de Córdoba, enviado por los Reyes Católicos como embajador a Flandes, informaba de que era "habida por muy cuerda y por muy asentada". Ese mismo año, el embajador residente de España había llegado a decir que "en persona de tan poca edad no creo que se haya visto tanta cordura".

Juana I, reina de Castilla, Aragón y Navarra, no estaba loca, aunque sus coetáneos se empeñaron en presentarla como demente, y sufrió el maltrato de su padre, Fernando; de su marido, Felipe; y de su hijo, Carlos.

Pero ella halló en la presunta locura un subterfugio: al morir Felipe el Hermoso mandó desenterrar su cadáver "no por apego a sus vísceras sino porque de este modo evitaba que la casaran de nuevo". Porque existía en Castilla la tradición de que una reina viuda no podía contraer matrimonio de nuevo si su marido estaba insepulto.

La historiadora María Lara (Guadalajara, 1981) desmonta mitos sobre la mujer destinada gobernar y que nunca pudo hacerlo, atrapada en un triángulo asfixiante entre su padre Fernando El Católico, su marido Felipe El Hermoso y su hijo Carlos V. “Fue tratada como una marioneta”, afirma la historiadora, pero no, no estaba loca. “No hay ninguna prueba de eso que yo no haya desmentido con argumentos.

Juana I de Castilla murió el Viernes Santo de 1555, a los 76 años, tras haber permanecido confinada casi medio siglo.

Esas mujeres nos hablan del pasado, pero ¿qué está pasando en nuestro mundo?, nos podemos preguntar y desde luego, ser mujer, ha sido desde “la manzanita de marras” harto difícil y lo sigue siendo. Cuantas mujeres en otras zonas del mundo, en pleno siglo XXI, son lapidadas por no llevar bien el velo, recordemos a Mahsa Amini de 22 años que murió detenida bajo custodia de la policía moral de Teherán hace menos de dos años. O a Amita Geravand con 16 años, golpeada por la policía de Teherán tras un mes en coma por no llevar bien puesto el velo.

A cuantas mujeres se las sigue mutilando genitalmente, a cuantas se las mata… “la maté porque era mía”. Y eso en España, no nos tenemos que ir más lejos.

Me pregunto si con un cambio de educación conseguiremos el respeto de los hombres, si educándolos desde niños conseguiremos que no se nos tome por la fuerza, que se nos respete intelectualmente, que se nos respete en el más amplio sentido de la palabra.

De momento y hasta que eso se consiga, no voy a dejar de ser una bruja.


https://www.casadellibro.com/libros-ebooks/maria-lara-martinez/20082973


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