EL HERALDO DE LA MUERTE
Hoy 23 de Septiembre, a las 5.50 GMT, la danza cósmica de equilibrio e inestabilidad que ofrece el movimiento aparente del sol en relación a la Tierra, nos coloca, a los que vivimos en el hemisferio Norte, en el equinoccio de Otoño y en unos días, el 29 de Septiembre a las 09:57 GMT, el cielo nos obsequiará con una Superluna, llamada Luna de la cosecha; se trata de una luna llena que por la posición del ángulo de su órbita respecto al horizonte terrestre se levantará tras la puesta del sol mucho más rápido que lo habitual, aportando una luz extra que, desde la antigüedad ha extendido las horas de trabajo nocturno para los agricultores[i].
Astrológicamente es el equinoccio de Libra, el séptimo signo del zodiaco cuyo símbolo es la balanza, una alegoría del equilibrio entre el día y la noche, de la igualdad de las partes que dictamina la justicia, de la armonía y de la equidad.
En el ciclo sin fin de vida, muerte y resurrección que perpetúa el mundo, lo equinoccial es un punto de inflexión que modifica la dirección de su trayectoria. El equinoccio de primavera deja atrás lo que parece estar muerto o dormido, con él emergen los nuevos brotes, se despierta la actividad y el deseo, la procreación y la germinación, la luz se abre camino en la oscuridad, el día y la noche duran lo mismo. El otoño avanza en dirección contraria, en su entrada el día y la noche vuelven a durar lo mismo pero es la oscuridad la que empieza a abrirse camino en una luz que se apaga en su aproximación hacia el invierno, el frío y la lluvia. El equinoccio de Otoño anuncia que es la hora de la renovación de la naturaleza, la hora de morir para para volver a nacer, de concluir lo que comenzó en primavera, de recolectar y de almacenar, de desechar lo viejo, de hacer planes, de preparase para el nuevo comienzo que llegará después del invierno[ii].
Este momento del año es muy exaltado por diferentes culturas con rituales y festejos. Quizás la fiesta por excelencia, o al menos la más popular es la de Samhain, de origen celta, que festejaba el fin de la cosecha en la primera luna llena después del equinoccio de otoño y marcaba el final del ciclo agrícola y del año celta. Samhain es hoy más conocida como la desvirtuada y comercial Halloween, y de algún modo está vinculada a la fiesta de todos los santos desde que los papas Gregorio III y Gregorio IV (731-844) trasladaron dicha festividad del 13 de mayo al 1 de noviembre, en el inquebrantable intento de la Iglesia de captar más fácilmente adeptos al cristianismo y suplantar la celebración pagana.
Los celtas, conscientes de que el mundo manifestado no es solo lo tangible, creían que las fronteras entre el mundo físico y el mundo espiritual se diluían durante Samhain, y que recoger la última cosecha suponía un acto de violencia contra las divinidades de la tierra, que requería la celebración de rituales que procuraran la protección de espíritus benignos. He leído, pero no está referenciado, que la persona que cortaba el último manojo de la cosecha debía trenzar, con el producto cortado, un muñeco o animal que simbolizara a la Madre Tierra. Esta figura era guardada en algún árbol o entre semillas en espera del siguiente ciclo, cuando se quemaba y se sustituía por una nueva[iii].
Pero la oscuridad, solo quebrantada por las llamas de una hoguera encendida, no solo amparaba la invocación de espíritus sombríos malignos o benignos, sino que ofrecía el escenario ideal para el reencuentro con sus ancestros y facilitaba los ritos para reverenciar a los fallecidos.[iv].
Y que tiene que ver Samhain con la fiesta de todos los santos?
El origen de esta fiesta se encuentra en Roma, y está ligada al templo del Panteón que originalmente se dedicaba al culto de todos los dioses romanos, (“pan-theon”, significa “a todos los dioses”). Cuando el templo cayó en desuso, Bonifacio IV lo convirtió en una iglesia Cristiana dedicada, no ya a todos los dioses como el panteón original sino a la Virgen María y a todos los mártires, pues para el cristianismo, como religión monoteísta, Dios sólo hay uno.[v] Y de esta forma fue como se instauró la nueva fiesta que hoy conocemos como todos los santos.
Así que la respuesta a qué tienen que ver una fiesta pagana con otra cristiana es nada, no hay ninguna relación pero sí un elemento común que es la “muerte”.
Y ya por último, porque no podría concluir esta plancha de otra manera, tengo que rendir homenaje a la Magna Mater Deméter y su papel en el equinoccio de Otoño. Éste es el momento en que la diosa griega de la agricultura, sumida en un profundo estado de tristeza, desolación y luto por la marcha de su hija Perséfone al inframundo, deja a la Tierra sumergida en la oscuridad y el frío hasta la vuelta de su hija en primavera.
Como siempre hay mucho más que contar de este heraldo de la muerte, el equinoccio de otoño, pero a mí solo me queda desearos una buenísima cosecha y una buena elección de las semillas que sembremos para el nuevo ciclo.
Mas información:
[i] https://starwalk.space/es/news/night-sky-tonight-september
[iii] https://revistatarantula.com/celebracion-del-equinoccio-de-otono/
[iv] http://masoneriaysimbolismo.blogspot.com/2011/09/el-importante-equinoccio-de-libra.html
[v]https://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_de_Todos_los_Santos#:~:text=En%20este%20d%C3%ADa%20la%20Iglesia,de%20%C2%ABtodos%20los%20santos%C2%BB
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