MASONERÍA Y MUJER: HISTORIA Y REFLEXIONES (PARTE 2)
“Los deberes morales deben ser los mismos para el hombre y para la mujer. No hay en modo alguno dos morales: una moral masculina y una moral femenina. Solo el prejuicio ha podido crear semejantes distinciones”
Marie Deraismes. Les Droit des Femmes. 24 de abril de 1870.
Durante el s. XIX la corriente sufragista norteamericana empieza a influir en determinados países europeos, de la mano de mujeres que habían tenido la posibilidad de educarse y desarrollado inquietudes políticas, como es el caso de la escritora francesa Marie Deraismes (1828-1894), figura clave para la mujer en masonería. Iniciada en la logia Los Libre Pensadores, en 1862, la posición de otras obediencias hace que permanezca únicamente cinco meses en Masonería.
En 1866, Léon Richer y Labbé, hermanos francmasones, le ofrecen dar una serie de conferencias en el Gran Oriente de Francia. Ella se lo piensa, ya que considera que la palabra escrita es una herramienta más útil para transmitir la profundidad de los pensamientos; no obstante, cuando está a punto de rehusar el ofrecimiento, lee en un periódico un contundente ataque a las mujeres autoras que le hace automáticamente cambiar de opinión y comunica su aceptación ipso facto a Léon Richer. Estas conferencias tienen una gran acogida y se le emplaza a un ciclo nuevo.
En 1869, Léon Richer funda el semanario “Les Droits des Femmes”, ampliándose este proyecto a la constitución por Marie y él de la Asociación por los Derechos de la Mujeres en 1870, con un objetivo principal de la “búsqueda de equilibrio de las relaciones entre hombres y mujeres a partir del reconocimiento de la dignidad humana de todos ellos”. Este mismo año se declara la III República francesa. Más adelante, cuando Léon Richer se convierte en Venerable Maestro de la logia Mars et les Arts, se celebra una reunión mensual durante ocho meses para debatir sobre la condición de la mujer en la sociedad de la época. En 1882 ambos fundan la Liga Francesa por los Derechos de las Mujeres.
Todos estos cambios son la semilla que traería, por fin, la constitución de una masonería mixta. En 1893 Marie y el senador George Martin fundan la Obediencia masónica mixta del Derecho Humano, donde hombres y mujeres trabajaban en las mismas logias en plena igualdad, incluido el acceso a los diferentes oficios. Annie Besant inauguró en Londres la primera logia del Derecho humano en Londres en 1902. Nace pues para la mujer la opción de trabajar en masonería mixta o pertenecer a la femenina, que continuó constituida por las mencionadas logias de adopción, que no alcanzarían su status de independientes del Gran Oriente de Francia hasta 1935, que alcanzaría plena práctica en 1945 debido a la demora ocasionada por la II Guerra Mundial.
En España, se encuentran nombres de mujeres en el censo de muchas logias desde 1868; algunos autores señalan la precocidad de la masonería mixta en la práctica (oficialmente no se contemplaba), habiendo información del desempeño de oficios dentro de las logias por su parte. Todas reivindicaron la igualdad de derechos entre hombre y mujeres dentro y fuera de la masonería, indicándose por parte del profesor Pedro Álvarez en su libro “La Masonería: Escuela de formación del Ciudadano” que “también hubo varones masones que lucharon en aquellos momentos junto a sus hermanas masonas por que la mujer tuviese dignidad como individuo y ocupase el puesto que le correspondía en la sociedad”. Cabe destacar en nuestro país a mujeres como Ángeles López de Ayala, Amelia Valcárcel, Rosario Acuña, Belén de Sárraga, Aurora Beltrana Salazar, Concepción Arenal, Carmen de Burgos o Clara Campoamor.
Las mujeres masonas también se vieron afectadas por la represión franquista durante los años 40, estando obligadas, de acuerdo a certificados firmados por alguna autoridad eclesiástica y encontrados en sus expedientes, a la “profesión de fe y abjuración de sus errores”. Sus condenas, por regla general, eran de menos de doce años y un día e inhabilitación para el ejercicio de cargos públicos a perpetuidad. La oficialidad para las mujeres tardaría en llegar, es en 1993 cuando hay igualdad efectiva entre hombres y mujeres en la Gran Logia Simbólica de España.
En la actualidad, se puede trabajar en logias exclusivamente femeninas, masculinas o mixtas, según las Obediencias a las que pertenezcan. Hay un ámbito en masonería que da cabida a diferentes sensibilidades.
Creo que los caminos de la mujer en sociedad y masonería han estado muy relacionados, contando con masones y masonas pioneros en la lucha por el reconocimiento a la igualdad de derechos femeninos. Personalmente, he pasado de una juventud reaccionaria a una comprensión de la existencia de una pluralidad de caminos en esta construcción personal y de perfeccionamiento que es la masonería, siempre partiendo de la premisa de que todos somos hermanos en situación de equivalencia en dicha construcción.
Pienso que olvidar esta premisa vulnera los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad que nos guían, valores que no conocen de género. No obstante, para mí continúa siendo un elemento básico de riqueza el trabajar con hermanos varones en logia, que construyamos el templo aunando nuestros esfuerzos y poder tratar temas sociales que la masonería también tiene presentes como el aborto o la prostitución teniendo presente su punto de vista. Comparto el anhelo de la hermana Diane Cambón de que “algún día, el tema de la mujer en masonería ya no sea un tema”.
Concluyo estas reflexiones pensando en un recuerdo que ha venido a mi memoria de forma recurrente mientras reflexionaba sobre este tema: es una tarde entre semana, estoy en el salón de mi casa jugando. Estoy a punto de cumplir tres años, mi padre llega de trabajar. Me llaman la atención las cartillas coloreadas que trae debajo del brazo. Coge la primera del montón, se sienta y me llama. La abre y señalándome una A, me dice: “Hija, esta letra, ¿Cuál es?”
Bibliografía:
La francmasonería no profesa ningún dogma y trabaja en una permanente búsqueda de la verdad, por ello las disertaciones publicadas en esta web no deben ser interpretadas como el posicionamiento de la Logia Gea en los temas tratados, sino como la expresión de la opinión de uno de sus miembros con el objetivo de incitar a la reflexión y al debate constructivo que nos permite cumplir con los deberes masónicos con un mejor conocimiento de causa.
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