IFIGENEA SOMOS TODAS

IFIGENA SOMOS TODAS

Hace unos días, fui al teatro a ver "Ifigenia".

Sentada en mi butaca asistía a uno de los momentos más violentos de la mítica Guerra de Troya.

Los griegos se disponen a atacar Troya con el falso pretexto del rapto de Helena, pero los vientos no son favorables y los barcos no pueden zarpar. Sin embargo...hay una solución. El oráculo insinúa que tiene que morir Ifigenia, la hija virgen de Agamenón, jefe del ejército griego.  Y éste presionado por las circunstancias, por la furia de sus hombres, por su ambición y orgullo, decide matarla.

En las tragedias, el precio siempre lo paga un inocente.

Dice la directora, Eva Romero, en la sinopsis de la obra que ésta es “la primera muerte violenta de una mujer en la literatura occidental".  Y con ella se abre un ciclo trágico que todavía no hemos cerrado y que está lejos de terminar.

Homero nos cuenta que la guerra de Troya duró 10 años. 10 largos años de muerte, destrucción y saqueo tras los cuales, el ejército vencedor, el griego, sediento de más sangre, decidió hacer otro sacrificio antes de volver a su patria: otra joven, otra virgen. Polixena, princesa troyana. Es asesinada sobre la tumba de Aquiles para aplacar su sombra.

Y así se cierra el círculo. Nos dice la directora:  "La Guerra de Troya terminaba como empezó, inundando el mar de sangre virgen..."

Nunca subestimemos el dolor de una madre herida. La venganza está servida y tiene la última palabra.

Ifigenia y Polixena, con su sacrificio, se convierten en símbolos. Encarnan la violencia que la guerra descarga sobre los cuerpos de las mujeres, víctimas invisibles de los conflictos. No sólo pierden la vida sino que tienen que hacerse cargo de niños y ancianos. Se convierten en territorio de conquista, son utilizadas para la limpieza étnica, siendo violadas y obligadas a parir los hijos del enemigo, lo que supone grandes daños emocionales y sociales pues a menudo son repudiadas por sus propias familias y por la comunidad.

Amnistía Internacional ha identificado los abusos basados en género a las mujeres en conflictos armados: violación, abusos sexuales, infección deliberada con el VIH, pornografía, esclavitud sexual, experimentación médica, embarazos forzados, esterilización y abortos forzados, discriminación de los hijos nacidos de las violaciones, trata de mujeres y niñas y un largo etcétera que incluso duele escribirlo.

Y todo esto, únicamente por ser mujeres.

La violencia contra las mujeres, contra todas las Ifigenias y Polixenas de la historia, no es un efecto colateral, es una estrategia de dominación cuyas nefastas consecuencias superan la duración del conflicto. El silencio y la impunidad es un acto más de violencia contra ellas. No podemos salvarlas, pero tampoco ignorarlas.

"Sus gritos atormentados se clavaban en mi vientre como cristales cortantes. Y ya no tuve miedo de arder"


https://www.teatrobellasartes.es/obra-de-teatro/ifigenia/

Ifigenia en Aúlide, Eurípides

https://www.festivaldemerida.es/programacion/ifigenia-4/

https://es.wikipedia.org/wiki/Sacrificio_de_Ifigenia_(mosaico)

https://www.rtve.es/play/audios/por-tres-razones/ifigenia-violencia-contra-mujeres-vigente-desde-troya/16225851/


La francmasonería no profesa ningún dogma y  trabaja en una permanente búsqueda de la verdad, por ello las disertaciones publicadas en esta web no deben ser interpretadas como el posicionamiento de la Logia Gea en los temas tratados, sino como la expresión de la opinión de uno de sus miembros con el objetivo de incitar a  la reflexión y al debate constructivo que nos permite cumplir con los deberes masónicos con un mejor conocimiento de causa.


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FELIZ SOLSTICIO DE VERANO 2025

Feliz Solsticio de Verano, instante en que el mundo parece detenerse brevemente, como si la propia Tierra respirara antes de comenzar su retorno.

Hoy el Sol alcanza su altura máxima, y con él, la luz domina al tiempo. El día más largo no es solo un dato astronómico; es también un símbolo, una metáfora viva. Es el punto álgido de un ciclo, la cima desde donde puede contemplarse todo lo recorrido, y vislumbrar —sin prisa— el lento regreso hacia la sombra.

En este punto del año, el Sol nos recuerda que todo lo que crece ha de aprender también a decrecer. Y que en la plenitud hay una forma sutil de fin: lo que ha llegado al máximo no puede sino transformarse.

Para los antiguos filósofos —de Heráclito a los estoicos— la naturaleza era maestra de toda verdad. Y el solsticio, con su equilibrio tensionado, nos enseña el arte del devenir: todo lo que es, está siempre en tránsito, y lo más duradero no es lo inmóvil, sino aquello que sabe cambiar sin dejar de ser.

La luz plena no debería embriagarnos, sino hacernos más lúcidos. Así como el día más largo no puede durar eternamente, nuestra comprensión más profunda surge cuando aceptamos los límites, cuando aprendemos a habitar el momento sin reclamar su permanencia.

Este día es una invitación al asombro sin apego, a la celebración sin ilusión de eternidad. Es el instante en que reconocemos que el esplendor no contradice el ocaso, sino que lo prepara.

El Sol, en su cenit, no se detiene por orgullo, sino que ya se inclina con discreta sabiduría. Y nosotros, si somos atentos, podemos aprender lo mismo: vivir con intensidad, pero sin aferrarnos; florecer, pero sin temer al fruto que cae.

Hoy, la vida arde en su punto más alto. Pero incluso el fuego más brillante contiene en su centro una quietud.

Contempla ese centro. Allí donde nada se apura, donde no hay necesidad de huir ni de poseer. Allí donde la luz no enceguece, sino que revela.

Que este solsticio te encuentre lúcido, sereno ante la plenitud, consciente del ciclo, y en paz con lo inevitable.

FELIZ SOLSTICIO.


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EL BUEN CONVERSADOR

EL BUEN CONVERSADOR

Hace unos días fui a un banco a hacer una gestión. Estaba sentada, esperando y trasteando con el móvil, cuando un caballero se sentó a mi lado. Casi inmediatamente comprendí que aquella persona tenía ganas de hablar, así que guardé el móvil con resignación y le escuché.

La conversación comenzó con el tema de la alegría compartida. Ambos coincidíamos en lo mucho que nos alegrábamos cuando a los demás les iba bien, sin falsas envidias. Nos contamos unas cuantas anécdotas personales, y la charla transitó por muchos caminos: la sanidad, la educación, las fuerzas del orden, la justicia… en suma, el estado del bienestar.

Estaba ante una persona afable, buena conversadora y con un gran sentido común. Y fuimos capaces de hablar de todo esto sin hablar de política. O, mejor dicho, sin hablar de partidos, porque —como todos sabemos— los asuntos arriba expuestos sí son política. Él expuso sus razonamientos, yo los míos; nos escuchamos con absoluto respeto. Yo aprendí de sus reflexiones, y creo que él también aprendió de las mías.

Ninguno se colocó en los extremos de ninguna ideología. No hablamos desde la militancia ni defendimos teorías como si fuéramos expertos —que claramente no éramos—. Tampoco intentamos imponer nuestro criterio. Simplemente mantuvimos lo que viene a ser una conversación agradable, respetuosa y enriquecedora.

Lamentablemente, enseguida me llamaron para atenderme y, antes de irme, se despidió deseándome buena suerte.

Igual puede parecer una expresión banal, pero ese día yo tenía un asunto para el que necesitaba conocimiento y una buena dosis de suerte, así que lo tomé como una especie de bendición.

En mi trabajo tengo dos objetos que pueden resultar anacrónicos: un calendario de mesa de marca Myrga y una radio analógica.

Para quienes no conocen el calendario de mesa: es un taco de hojas, dos por día, ordenadas cronológicamente y unidas por dos anillas, con la espléndida particularidad de que cada día trae una cita escrita por alguien famoso.

Cuando regresé del banco, y después de terminar algunas tareas, cogí mi calendario y me dispuse a tachar las tareas finalizadas. Entonces me di cuenta de la cita del día:

El hombre más feliz es aquel que sabe reconocer los méritos de los demás y se alegra del bien ajeno como si fuera propio.Johann W. Goethe

¡Vaya!”, pensé. “¡Parece como si Goethe hubiera escuchado nuestra conversación!

Pasó el día, y al finalizar mi jornada laboral, camino a aquel asunto para el que necesitaba suerte, me entretuve leyendo un artículo sobre Juan Antonio Bayona, el director de cine. En la entrevista citaban estas declaraciones:

“La defensa del Estado del bienestar es la principal herramienta para combatir la desigualdad de una sociedad. Creo en una sociedad en la que los servicios básicos de salud y educación estén cubiertos por el Estado. El virus afecta a ricos y pobres, pero no todo el mundo puede defenderse igual. Necesitamos una sanidad pública, fuerte, preparada y para todos. Espero que en el futuro nos acordemos de que cualquier política enfocada a reducir el estado del bienestar es un error.”

“¡Vaya!”, pensé de nuevo. “¡Parecía como si Juan Antonio Bayona también hubiera escuchado nuestra conversación!”

Finalmente, llegué a aquel asunto para el que necesitaba la buena suerte que el conversador me había deseado. No voy a suavizarlo: salí frustrada y sin esperanza. No había tenido buena suerte.

Sin embargo, en la poca lucidez que me dejó tanta emoción negativa, sí pude acordarme de aquel cuento chino que se preguntaba:

“¿Qué es buena suerte?”


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REPRESIÓN DE LA MASONERÍA ESPAÑOLA DURANTE EL FRANQUISMO

REPRESIÓN DE LA MASONERÍA ESPAÑOLA DURANTE EL FRANQUISMO

Hace unos días estuvimos en una conferencia sobre la Masonería en España durante el s.XX, de la represión al mito, impartida por Manuel Calvo Cardín.

La exposición estuvo basada en el libro "Masonería. Historia de una represión" escrito por el propio conferenciante.

Esta obra presenta una exhaustiva revisión de la legislación franquista destinada a la persecución y aniquilación de la masonería en España. Este volumen se adentra en un periodo oscuro de la historia española, desenterrando las causas, el entramado legal, los protagonistas y las devastadoras consecuencias de esta represión sistemática.

EL autor ha estructura tanto la conferencia como la obra en tres bloques:

Calvo Cardín aborda un tema que, a pesar de ser conocido, a menudo se ha diluido en la memoria colectiva debido a la "amnesia impuesta por la Transición". El autor argumenta que esta falta de recuerdo ha llevado a una simplificación burda de la historia, donde las víctimas de la dictadura, en este caso los masones, no han recibido la reparación ni el reconocimiento que merecen. En este sentido, el libro se erige como un acto de memoria histórica, buscando dar voz a aquellos que sufrieron la persecución por sus ideales y pertenencia a la masonería.

La obra no se limita a narrar los hechos, sino que profundiza en el análisis de la legislación específica que se promulgó para reprimir a la masonería. Examina cómo se articuló legalmente esta persecución, identificando los instrumentos jurídicos que permitieron la detención, el enjuiciamiento y el castigo de miles de españoles. Al hacerlo, Calvo Cardín no solo ilumina la crueldad del régimen franquista, sino que también revela la obsesión particular que existía hacia la masonería, considerada una amenaza para los pilares ideológicos del nuevo Estado.

Además, el autor se detiene en los protagonistas de esta represión, tanto aquellos que diseñaron y aplicaron las leyes como aquellos que las sufrieron. Al poner nombres y apellidos a las víctimas, el libro humaniza la historia y evita que la represión quede reducida a una estadística fría. Se exploran las vidas truncadas, los exilios forzosos y el sufrimiento infligido a individuos y familias enteras por su vinculación con la masonería.

"Masonería. Historia de una represión" también analiza las consecuencias a largo plazo de esta persecución. La erradicación de la masonería en España durante el franquismo dejó una huella profunda en la sociedad y en la propia institución masónica. El libro invita a la reflexión sobre cómo esta represión moldeó el devenir histórico del país y cómo la falta de reconocimiento de estas víctimas sigue siendo una asignatura pendiente en la memoria histórica de España.

En definitiva, la obra de Manuel Calvo Cardín se presenta como una contribución esencial para comprender un capítulo doloroso de la historia española. A través de una investigación rigurosa y una narrativa comprometida, el autor rescata del olvido la historia de la represión de la masonería bajo el franquismo, ofreciendo una perspectiva necesaria para la reflexión y la justicia memorial. Este libro es una lectura imprescindible para aquellos interesados en la historia de la masonería, la Guerra Civil española, el franquismo y la lucha por la memoria histórica.

Que disfrutéis con la lectura de la obra.


(1) https://www.masonica.es/libro/masoneria-historia-de-una-represion_158937


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IA Y LA CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO INTERIOR

IA Y LA CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO INTERIOR: El Camino del “AI-rchitect” y del Masón

El objetivo de esta texto es establecer un paralelismo simbólico entre la transformación del arquitecto contemporáneo, a través de la integración de la Inteligencia Artificial (IA) en Building Information Modelling (BIM) y la evolución inteligente del masón como Constructor de su Templo Interior. Pero, no se trata tanto de encontrar similitudes entre ambos actores, ni de dar a entender que si todo arquitecto contemporáneo usara la IA correcta y éticamente se convertiría en un Masón...sino que pretende plasmar unas reflexiones, desde mi particular visión de arquitecta “empapada” en Masonería, acerca de cómo podría abordar éticamente mi relación con la inteligencia artificial para “construir” un edificios orientados al Hombre y a la Naturaleza.

Para que se den ambos procesos, de transformación y evolución inteligentes, se requiere tanto por parte de técnicos, como de masones, de integridad, de disciplina y de una visión global que posibilite el armonizar tecnología, creatividad, filantropía y sostenibilidad. Estos dos caminos, por tanto, comparten un trabajo metódico y constante, la búsqueda del perfeccionamiento y del equilibrio entre las artes y las ciencias aplicadas, con la esencia humana. Por esta razón, esta plancha podría haberse titulado: “BAIIM (Building Adaptation, Integration, and Industrialization Model) y el modelado del Mapa del Alma”.

En la Edificación, el AI-rchitect ejerce de experto en diseño tecnológico, actuando como un maestro-estratega, como un creativo que tiene que gestionar grandes volúmenes de datos para proyectar edificios innovadores y sostenibles, con diseños optimizados y al servicio del ensamblado de componentes compatibles y de módulos 3D. Esta actividad no persigue reemplazar a la creatividad humana, sino potenciarla, de tal forma que la tecnología no sustituya a ni a la intuición, ni a la ética, ni a la capacidad para imaginar los mejores futuros posibles.

Este papel no deja de ser es ilusionante, ya que, tal y como brillantemente expresa Nicholas Negroponte en Being Digital (1995), el futuro del arquitecto es la evolución-transformación de sí mismo en un diseñador de experiencias. Mientras, Patrik Schumacher, de Zaha Hadid Architects, sostiene que la IA transforma al arquitecto crítico en un curador, cuya misión es manejar y filtrar la inteligencia generativa, para poder garantizar que las respuestas arquitectónicas sean una expresión o creación que equilibre valores morales y principios de Justicia, con la Belleza. En Masonería, erigir simbólicamente nuestro Templo Interior, tiene como objetivo integrar cuerpo, mente y espíritu, para alcanzar la Armonía, para que nuestros actos incorporen esos mismo valores morales y principios de Justicia, junto con la Belleza, tal y como expresaba Schumacher.

Así, la relación entre la IA en Arquitectura y el pensamiento aplicado a la Edificación del Templo Interior, puede estructurarse definiendo los roles del Arquitecto (y del Masón), como Mediadores y Curadores Éticos, y mostrando los fundamentos de la Transformación Personal y Profesional de ambos.

William Preston, en Illustrations of Masonry (1772), describe la Masonería como la edificación simbólica de un templo espiritual, donde las herramientas del oficio, como la escuadra, el compás y el nivel, se transforman en metáforas de la Virtud, la Justicia y la Estabilidad Interna. De la misma manera que el Masón trabaja para obtener la mejor versión de sí mismo, el arquitecto contemporáneo, favorecido por la IA, debe trascender la mera eficiencia técnica para convertirse en traductor de significados, en pasarela y nexo entre la innovación tecnológica y las necesidades habitacionales y sociales.

Para el AI-rchitect, la IA es una herramienta tecnológica y creativa que potencia su trabajo y le permite explorar ilimitadas posibilidades en Diseño, Sostenibilidad y Eficiencia y que le ayuda a optimizar procesos y datos a través de algoritmos que generan soluciones eficientes. Por su parte, el Constructor Interior utiliza las Ciencias y las Artes Liberales, así como herramientas simbólicas, para perfeccionar su carácter y construir su Templo, enfocándose en la optimización personal y ética, buscando de forma efectiva la armonía entre sus pensamientos, palabras y acciones.

En cuanto a la gestión de la incertidumbre, la IA permite al Arquitecto simular digitalmente el comportamiento de los edificios, mediante gemelos digitales. El Constructor Interno, organiza su vida, enfrentándose al Caos y encontrando su equilibrio en él. No se entiende un AI-rchitect que no fomente la Sostenibilidad y un Diseño Inteligente, en edificaciones eficientes, versátiles y respetuosas con el medio ambiente. De la misma manera, el Constructor Interior construye, promoviendo un continuo desarrollo personal y espiritual fructífero, estudiando y respetando diferentes teorías y creencias.

Estas cualidades compartidas, hacen que ambos actores asuman el papel de mediadores éticos. El AI-rchitect parametriza, elije y toma decisiones, en cuanto a tecnología, conducentes a asegurar bienestar y confort humanos. El Constructor Interior se erige en guardián de valores y de principios para conducirse con Sabiduría, Justicia y Fortaleza, toda vez que protege los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Además de mediador ético, en una realidad en la que la IA redefine el futuro, el Arquitecto se convierte en intercesor entre la innovación y la tradición. Además, a través de BAIIM y para diferentes solicitaciones y distintas condiciones ambientales y de uso, se puede inferir el proceder futuro de un edificio. BAIIM posibilita a nuestro arquitecto simular, en tiempo real, cómo va a ser el comportamiento de éste, lo que permite adaptar su diseño para la mejora de su eficiencia energética y para anticiparse a cualquier fallo estructural.

Del mismo modo que BAIIM posibilita y contribuye al proyecto y a la construcción de edificios funcionales, versátiles y sostenibles, las herramientas que permiten trazar el Mapa del Alma orientan al Masón a edificar su propio ser hacia la armonía y la plenitud. Así. mientras que nuestro arquitecto contemporáneo ha de ser capaz de aunar tecnología y humanismo en sus proyectos, el Masón, empleando sus herramientas intelectuales y éticas, construirá su Templo Interior. Mientras que la IA posibilita y representa la automatización de procesos técnicos en Arquitectura, el Método Masónico, apoyado dinámicamente por el Ritual, “operacionaliza” y posibilita un “inexorable” proceso de crecimiento espiritual, así como la continua evolución interna del Masón.

Mientras que aplicando BAIIM lo que se pretende es diseñar y construir un edificio sostenible, adaptable e industrializado, que satisfaga armónicamente las necesidades humanas, con plena integración en el entorno, en el Mapa del Alma, el fin último es el desarrollo de un ser humano equilibrado, resiliente y capaz de adaptarse a los cambios sociales, económicos, etc., manteniendo su esencia, su naturaleza interior, haciéndolos compatibles con su espiritualidad y con su entorno familiar y social. Al igual que el BIM integra todas las partes de una construcción en un único modelo, el masón une su mente, cuerpo y espíritu en una visión cohesiva del yo. Gemelos digitales → Reflexión interna. El concepto de gemelo digital en la construcción (una simulación virtual de un edificio) podría simbolizar la reflexión profunda y el autoconocimiento, proyectando hacia el exterior lo que trabajamos en nuestro interior.

En un mundo post-IA, el arquitecto además de ser técnico, es un guardián ético, que debe asegurarse de que las decisiones tecnológicas respeten los valores humanos. En Masonería, el constructor interno también actúa como un mediador ético, velando porque cada acción en la vida refleje principios de Justicia, Igualdad y Fraternidad.

En BAIIM, la meta es diseñar edificios sostenibles y adaptables; en el Mapa del Alma, el propósito es edificar un ser humano equilibrado, capaz de enfrentar los cambios sin perder su esencia. El AI-rchitect y el constructor interior comparten una visión integradora: crear estructuras que reflejen lo mejor del ser humano, tanto en el plano físico como en el espiritual. Así como el arquitecto del futuro debe combinar creatividad, ética y tecnología, el masón armoniza sabiduría, intuición y valores para construir un espacio interior que resista el tiempo y sirva de inspiración. El arquitecto Renzo Piano dijo: “La arquitectura es el arte de construir refugios para el alma.” En este sentido, tanto la edificación material como la espiritual requieren precisión, propósito y una profunda conexión con lo trascendente.

Tanto el BAIIM como las herramientas para el trazado del Mapa del Alma son procesos evolutivos que funcionan como instrumentos para el crecimiento personal, unos en el ámbito físico y otro en el simbólico y espiritual. Ambos demandan una visión estratégica, disciplina y una revisión constante, ya que el progreso no sigue una línea recta, sino que se presenta como un ciclo de corrección y crecimiento. El “AI-rchitect”, al igual que el Constructor Interior, actúa como un mediador entre el caos y el orden, entre el potencial y la realidad, entre la innovación y la tradición, buscando siempre un equilibrio. Como expresó Léon Denis en El Ideal Superior: “El hombre es un arquitecto, su destino es la obra que construye con sus pensamientos, sus palabras y sus acciones”. Construyamos, entonces, templos exteriores e interiores que reflejen lo mejor de nuestra esencia y que perduren como testimonio de nuestra búsqueda constante de Belleza, Sabiduría y Verdad.


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CUÉNTAME UNA INQUIETUD Y TE RECOMIENDO UN LIBRO

CUÉNTAME UNA INQUIETUD Y TE RECOMIENDO UN LIBRO

En un día tan especial como hoy en el que conmemoramos el día del libro, te voy a hacer una propuesta que no podrás rechazar…

… lee El Padrino de Mario Puzo.

Si quieres vivir un amor pasional…

… lee La pasión Turca de Antonio Gala.

¿Mejor un amor romántico?...

… lee Orgullo y Prejuicio de Jane Austen.

O quieres saber qué se siente siendo una adúltera…

… lee Ana Karenina de Leon Tolstoi.

¿Sabes lo que es "morir de amor"? …

… lee Romeo y Julieta de William Shakespeare.

¿Has oído hablar de la miseria en el Madrid de la posguerra? …

… lee La colmena de Camilo José Cela.

Igual te cuesta encontrar sentido a tu vida …

… lee El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl.

O quieres conocer la Luna …

… lee De la tierra a la luna de Julio Verne.

O mejor el fondo del mar …

lee Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne.

Si siempre fuiste un cuentista …

… lee Las mil y unas noches.

Quizás no eres de leer, eres de otras cosas, o probablemente quieres cambiar tu "posicionamiento" en un aspecto muy concreto de tu vida …

… lee y no dejes de practicar Kama-sutra de Vatsiaiana.

Si quieres saber qué hay después de la muerte …

… lee La divina comedia Dante Alighieri.

¿Siempre quisiste ser abogado? Necesitas saber más de la condición humana.

… lee a William Shakespeare

Y después lee Matar a un ruiseñor de Harper Lee.

Quizás tu fantasía siempre ha sido trabajar para el Mosad …

… lee la Serie Gabriel Allon de Daniel Silva.

O mejor, prefieres conocer Egipto …

… lee Muerte en el Nilo de Agatha Christie.

O el desierto de Wadi Rum, en Jordania …

… lee Los siete pilares de la sabiduría de Lawrence de Arabia.

Darías cualquier cosa por hacer un crucero por el Mediterráneo …

… lee La Eneida de Virgilio.

¿O mejor por las Islas griegas? …

… lee La Odisea de Homero.

¿Te gusta el Cluedo o eres amante de los "Scape rooms"? …

… lee Asesinato en el Orient Express de Agatha Christie.

Si quieres averiguar la historia del libro y cómo viajan las palabras en el espacio y el tiempo…

… lee El Infinito en un Junco de Irene Vallejo.

Si siempre fuiste amante de los libros …

… lee La ladrona de libros de Markus Zusak.

¿Quieres saber por qué los españoles somos como somos? …

… lee El lazarillo de Tormes.

O prefieres entender la historia de España …

Primero lee la serie del Capitán Alatriste de Arturo Pérez Reverte,

y luego lee todo lo que puedas de Benito Pérez Galdós.

Y si tienes curiosidad por saber qué le pasó a un gran lector

lee El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes.

Y en medio de toda esta locura, lee. Los libros son la ventana al mundo. Al conocido y al desconocido. Al imaginable y al inimaginable. Son la ventana a la libertad.

FELIZ DÍA DEL LIBRO


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LA CARTA PATENTE

LA CARTA PATENTE

En cada tenida los aprendices la sacan del armario, y la colocan al pie del Ara con su cara oculta. Con gran ceremonial para que la veamos en todo su esplendor el H.·. Experto, al mediodía, la torna. Después, con las campanadas de medianoche, la oculta, y al recoger el taller vuelve al armario donde con cuidado se guarda hasta la siguiente tenida.

¿Qué es ese papel tan preciado y por qué tiene ese nombre tan raro, carta patente? ¿Tiene algo que ver con la patente de la Coca Cola, es lo mismo que la Carta Constitutiva?

El término viene del latín: litterae patentes, los latinos usaban el plural de littera, letra, para designar lo que hoy denominaríamos mensajes, o una carta, un conjunto de letras. La palabra patentes quiere decir abiertos o accesibles, es decir, cartas abiertas o accesibles, en oposición a las litterae clausae, cartas cerradas u ocultas.

Cuando el monarca quería publicar algo para general conocimiento dictaba unas cartas cuyo sello se adhería colgando del documento por unos hilos, a sensu contrario, unas litterae clausae estarían cerradas con un lacre que debía romperse para acceder a él.

Las cartas patentes eran empleadas, por el monarca cuando concedía un monopolio a una persona, creaba una corporación, una universidad, otorgaba la condición de ciudad a una localidad, etc. En definitiva, eran un instrumento legal en la forma de orden o decreto de la autoridad[1].

De aquellas cartas patente queda en nuestra expresión diaria el término “patente”, porque mediante aquellas cartas patentes se concedía, para general conocimiento, el derecho exclusivo de la propiedad intelectual de una invención o de un diseño. Así, la patente de la Coca Cola hace mención a la propiedad intelectual por el invento o la creación de “la chispa de la vida”.

Se puede definir una patente como un documento oficial que confiere un derecho o un privilegio. En Masonería casi siempre hace referencia a un documento del Rito Escocés que o bien certifica la pertenencia o bien concede autoridad y poder para algo. Las patentes modernas certifican de manera casi exclusiva pertenencia[2]

En parecido sentido, otra definición de Carta Patente es la de Título de Constitución, o Carta Constitutiva, dada por una Obediencia a una logia y que garantiza regularidad[3].

La regularidad hay que entenderla en el sentido de aquello ajustado a una regla y conforme a ella[4]. Lo importante de este concepto es la regla, y aquí cada obediencia tiene una, y lo que es regular para unos, no lo es para otros.

Nuestra carta patente es un documento público, es el sentido aquel de “a todos los que la presente vieren y entendieren” en la que se promulga algo que se recoge en ese documento que en el lugar más importante del taller se encuentra visible a todos, y es por ello a la vez patente, en tanto que pública, y constitutiva, en cuanto que constituye o establece algo.

¿Qué es ese algo?

De lo establecido en los Reglamentos Generales de la GLSE se puede extraer las siguientes ideas:

La Carta Patente es un documento expedido por una Orden para que una logia pueda ejecutar sus trabajos en un rito determinado. Se entrega a la logia cuando se crea en la tenida de Levantamiento de Columnas, y si la logia las abate, es decir, cierra, debe ser devuelta a la Orden.

Las logias pueden acumular más de un rito de forma oficial, de tal manera que puede acumular tantas Cartas Patentes como ritos. Si la Orden a la que pertenece la logia no dispone de esa Patente, la logia debe esperar a que la Orden la obtenga de otra Obediencia al menos para iniciar y exaltar en ese rito.

Así pues, se puede afirmar que la Carta Patente, en primer lugar, es el reconocimiento por parte de una Orden de una logia masónica y así mismo es el reconocimiento de la facultad de trabajar en un determinado rito por parte de una Orden que a su vez la ha obtenido de otra Orden, y así sucesivamente hasta la Orden primigenia que fue la que estableció el rito.

De igual manera que una persona no es masón o masona, sino que son los demás los que la reconocen como tal (“¿Sois masón? Por tal me reconocen mis hermanos”) una logia presenta su carta patente, como muestra de ese reconocimiento de pertenencia a un rito y a una orden (que por definición es para sí mismo regular), y ese reconocimiento viene legitimado en virtud de una cadena de legitimaciones hasta el mismo origen de la orden. El hecho de que la obediencia otorgue esa carta a la logia, la constituye como logia perteneciente a dicha orden y por tanto le otorga los derechos de reconocimiento frente a las demás logias de la orden, y de las demás órdenes u obediencia con las que tenga tratados de amistad y reconocimiento.

Simbólicamente la carta patente es el nexo que nos une al origen de la masonería y también es símbolo de libertad, igualdad y fraternidad:

Hay libertad cuando una logia en el ejercicio de su autonomía decide unirse a una orden. Hay igualdad entre todas las logias de una orden, pues todas son iguales y contribuyen con sus capitaciones y con el esfuerzo de sus hermanos en función de su número a la orden. Gracias al reconocimiento por parte de la orden, los hermanos de diferentes logias se reconocen como masones y forman parte de esa fraternidad universal.

[1] Wikipedia, Letters Patent, https://en.wikipedia.org/wiki/Letters_patent , consultado el 19 de febrero de 2025.

[2] BRENT MORRIS, S.;“The Complete Idiot’s Guide to Fremansonry”, Alpha Books, New York, Segunda edición, página 104.

[3] “Diccionario breve de la masonería”, Fundación María Deraismes, Madrid 2010, página 23.

[4] Diccionario de la Real Academia Española, https://dle.rae.es , consultado el 19 de febrero de 2023.


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DÍA MUNDIAL DEL TEATRO

DÍA MUNDIAL DEL TEATRO

Celebremos con la inspiración de Talía y Melpómene el Día Mundial del Teatro.  El Instituto Internacional del Teatro (ITI) viene conmemorándolo el día de hoy desde 1961. Desde entonces teatros, profesionales, amantes del teatro, universidades, academias y escuelas a lo largo de todo el mundo se han ido uniendo en esta celebración anual.

Cada año, una destacada figura reconocida y de prestigio mundial del teatro y las artes escénicas comparte sus reflexiones sobre el teatro y la armonía internacional sobre el escenario. En esta ocasión nos deleita con su mensaje Theodoros Terzopoulos, director teatral, educador y autor griego.

Disfrutemos todos con sus palabras.

“¿Puede el teatro escuchar la llamada de auxilio que los tiempos modernos están enviando a un mundo habitado por ciudadanos empobrecidos y encerrados en las celdas de la realidad virtual y atrincherados en su asfixiante privacidad? ¿Puede hacerlo en un universo de existencias robotizadas dentro de un sistema totalitario de control y represión que abarca la totalidad de la vida?

El teatro, ¿está preocupado por la destrucción ecológica, el calentamiento global, la pérdida masiva de biodiversidad, la contaminación de los océanos, el deshielo, el incremento de los incendios forestales y los eventos climáticos extremos? ¿Puede el teatro ser parte activa del ecosistema?

Durante muchos años ha sido un espectador más del impacto que hemos tenido los seres humanos en nuestro entorno y se ha visto en dificultades para lidiar con este problema.

¿Le preocupa al teatro la manera en que la condición humana está siendo moldeada y manipulada en el siglo XXI por intereses políticos y económicos, los grandes medios informativos y las compañías que configuran la opinión general? ¿Se preocupa por el papel asumido por las redes sociales que facilitan la manipulación y se convierten en obstáculo, casi insalvable, para la comunicación con el Otro?

Un sentido generalizado de temor por el Otro, el Diferente, el Extraño domina nuestros pensamientos y nuestras acciones.

¿Puede el teatro funcionar como un espacio de trabajo para la coexistencia de las diferencias sin tener en cuenta la herida abierta?

La herida abierta nos invita a reconstruir el Mito. Palabras de Heiner Müller: “El Mito es un agregado, una máquina a la cual siempre se pueden conectar nuevas y diferentes máquinas. Transporta la energía hasta que la creciente velocidad explota el terreno cultural”. Y yo añadiría: el terreno de la barbarie.

¿Puede el teatro arrojar luz sobre los traumas sociales y dejar de arrojar luz sobre sí mismo?

Preguntas ciertas que hace Dioniso al teatro cuando pasa por su lugar de nacimiento, el escenario del edificio teatral, y, cual refugiado, continúa su silencioso viaje a través de los paisajes bélicos hoy en día: El Día Mundial del Teatro.

Preguntas que no permiten respuestas definitivas, porque el teatro existe y perdura gracias a preguntas sin respuestas.

Miremos en los ojos de Dioniso, el extático dios del teatro y del Mito, que une el pasado, el presente y el futuro; el hijo de dos nacimientos, Zeus y Semele; la expresión de las identidades fluidas, hembra y macho, iracundo y gentil, divino y animal, en el límite entre la locura y la razón, el orden y el caos; un acróbata en la frontera entre la Vida y la Muerte. Dioniso formula la pregunta fundamental ontológica: “¿De qué se trata?”. Pregunta que conduce al creador a realizar una investigación cada vez más profunda en la raíz del mito y de las múltiples dimensiones del enigma humano.

Necesitamos nuevas formas narrativas cuyo objetivo sea cultivar la memoria y darle forma a una nueva responsabilidad moral y política que emerja de la actual dictadura multiforme de esta nueva Edad Media que vivimos en nuestros días” (1).

Añadamos también unas palabras sobre el teatro de Federico García Lorca:

“El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y grita, llora y se desespera. El teatro necesita que los personajes que aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo que se les vean los huesos, la sangre … El teatro es una escuela de llanto y de risa, y una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia morales viejas o equívocas, y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón y del sentimiento del hombre”.

Ya sólo nos queda ir a disfrutar hoy o en los próximos días de una maravillosa función teatral.

 

FELIZ DÍA MUNDIAL DEL TEATRO

 


(1) Texto a partir de la traducción al español de Álvaro Franco, Gilberto Bello y Epifanio Arévalo.


La francmasonería no profesa ningún dogma y  trabaja en una permanente búsqueda de la verdad, por ello las disertaciones publicadas en esta web no deben ser interpretadas como el posicionamiento de la Logia Gea en los temas tratados, sino como la expresión de la opinión de uno de sus miembros con el objetivo de incitar a  la reflexión y al debate constructivo que nos permite cumplir con los deberes masónicos con un mejor conocimiento de causa.


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INFORMACIÓN, PROPAGANDA O LIBERTAD

INFORMACIÓN, PROPAGANDA O LIBERTAD

Cuando por fin llego 1984, vimos que la profecía de Orwell no se cumplía. Pero había otra profecía, tal vez menos conocida, “Un mundo feliz” de Huxley, que no profetizaba la misma cosa. Orwell predijo que seremos vencidos por la opresión venida desde el exterior, el gran hermano priva a la gente de su autonomía y de su historia. Pero lo que Huxley advertía es que la gente llegaría a amar a su opresor y a adorar la tecnología que anule su capacidad de pensar. Orwell temía a aquellos que pudieran prohibir los libros. Huxley temía que no hubiera razón para prohibirlos porque nadie tendría interés en leerlos. Orwell temía que llegaran a privarnos de información, Huxley que llegarían a brindarnos tanta que seríamos reducidos a la pasividad. En “1984” la gente es controlada infringiendo dolor. En “el mundo feliz” es controlada infringiendo placer, en definitiva, Orwell temía que lo que odiábamos terminaría arruinándonos, Huxley que nos arruinaría lo que amábamos1. En 1800 sólo un 12% de la gente vivía en las ciudades, en 2030 será el 75% de la población mundial. (1)

Cuando La Revolución Industrial tomo impulso a mediados del S. XIX, dio como resultado la sustitución de una forma de vida rural, por otra urbana mediante un imparable proceso de emigración, donde los trabajadores llegados del campo se irán concentrando en grandes urbes. Ese mundo rural se convertirá poco a poco en lo que los expertos denominan “sociedad de masas”

A mediados del XIX aparecen autores que analizan desde una perspectiva más científica el concepto (2), y llegan a la conclusión que esta nueva idea de grupo posee características distintas y que no se rigen por la psicología individual. En lugar de pensamientos tienen impulsos, hábitos y emociones. Al tomar decisiones, suelen seguir el ejemplo de un líder. La masa tiende a glorificar la fuerza y menospreciar la racionalidad, En definitiva, acaba con el concepto de individuo autónomo, y la noción de libertad se dispersa, pues sin individuo autoconstruido no puede haber libertad.

La democracia de masas (3) era la novedad en una época que transitaba del voto calificado (reservado a los ricos e instruidos) al sufragio universal. Tiempos revueltos en los que se temía el desborde insurreccional de la gente que ahora tenían derecho a voto. Había que encontrar una nueva forma de dirigirlos.

Pronto alguien se dio cuenta que, conociendo el mecanismo y los motivos que impulsan a la mente de grupo, no sería difícil controlar a las masas a voluntad, sin que éstas se dieran cuenta

Para entender esto, voy a hablar de un personaje notable, Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud, nacido en Viena en 1891, aunque siendo niño su familia emigró a EE. UU. Bernays fue llamado el padre de la “manipulación mediática” y creador del concepto de relaciones públicas (4). En 1929 la Corporación Americana de Tabaco, quería que las mujeres (más de la mitad de la población estadounidense) se incorporaran al negocio del cigarrillo, y le encargó el trabajo a Bernays, este urdió un truco publicitario. En un desfile de jóvenes sufragistas norteamericanas, el día de la Pascua, organizó lo que el denominó la “Brigada de las Antorcha por la Libertad”, a una señal suya diversas jovencitas a las que había persuadido previamente encenderían sus cigarrillos ante los medios allí presentes, llamándolos “antorchas por la libertad”, como símbolo de la emancipación femenina. La campaña tuvo un éxito rotundo y desde entonces la venta de cigarrillos entre las mujeres no dejaría de aumentar. También estableció la relación entre la industria tabacalera y la Asociación Médica Norteamericana, relación que duró 50 años. Dijeron al público que fumar era beneficioso para la salud. Basta con mirar los anuncios de la época. Los médicos recomendaban tal o cual marca de cigarrillos para tener una digestión sana. En otra de sus campañas popularizo los desayunos con beicon por encargo de la industria

cárnica como un desayuno saludable y proteico y también por iniciativa suya los primeros hombres en llevar el reloj en la muñeca fueron los soldados en las trincheras, durante la gran guerra (más práctico que en el bolsillo), eso bastó para anular el sesgo femenino del accesorio, asociándolo con lo masculino.

Aprovechó los estudios de su celebre tío sobre la mente inconsciente y los anhelos reprimidos del individuo para crear una forma de manipular a la multitud totalmente novedosa, basada en la satisfacción de los deseos ocultos. Él decía que “LA PROPAGANDA ES EL BRAZO EJECUTOR DEL GOBIERNO INVISIBLE”. (5)

Goebels poco después tomo buena nota de los hallazgos de Bernays para su futuro proyecto de propaganda nazi.

Bernays aprendió pronto que la mejor manera de conseguir credibilidad era mediante el apoyo de un tercero independiente. Por ejemplo, si Philip Morris dijera que fumar no perjudica la salud, la gente sospecharía porque su negocio se basa en vender cigarrillos. Sin embargo, si un instituto de investigación independiente, con un nombre creíble, Consejo Norteamericano de Ciencia y Salud, por ejemplo, emitiera un informe científico diciendo que el tabaco no perjudica al fumador, la gente empezaría a dudar, así que eso es lo que hizo. Puso en marcha más fundaciones e institutos que Rockefeller y Carnegie juntos. Financiados silenciosamente por las industrias cuyos productos estaban siendo evaluados, estas agencias “independientes” elaborarían estudios y material de prensa. Los informes se mandaban a cada diario, radio o agencia del país. Muchos de ellos escritos como noticias, para que los redactores pudieran usarlos sin tener que investigar los temas en cuestión, era una labor de corta y pega donde solo había que añadir el nombre del periodista a pie de página.

Esto sucede así desde que en los años 20 Ivy Lee creó el concepto de comunicado de prensa.

Bernays nunca pensó que fuera un maestro del engaño, sino más bien, un benefactor de la humanidad y del sistema (así aparece, por cierto, en la Wikipedia). Bernays describía al público como un rebaño que necesita ser guiado” y nunca se apartó de su axioma, controlar a las masas sin que se dieran cuenta. Transformó la cultura de la “necesidad” en una cultura del “deseo”. Si la gente solo compraba los bienes que necesitaba, tarde o temprano dejarían de consumir.

En la época, la prensa estaba destinada a educar e instruir, proporcionando los saberes necesarios, para que los ciudadanos pudieran participar en la vida pública. Una objeción a tal enfoque es que la prensa divide a la población en dos, los mentalizadores y los mentalizados. (6)

Ya en 1835 Larra se queja de “El envilecimiento de las actividades reflexivas que ocasiona la prensa multitudinaria”, entonces una novedad. y advierte de “la afición a mentir” de los periódicos, coincide en esto con Tomas Jefferson que vivió el nacimiento de la gran prensa en EE. UU. y daba cuenta también de su escasa veracidad, siendo el mismo víctima de campañas de desinformación.

Pero el problema fundamental reside en la estrecha relación que une información (7) con propaganda y que impide que se puedan separar. En una investigación que el Congreso de los EE. UU. realizó sobre los servicios de información del Gobierno en 1949, después de haber examinado una gran cantidad de informes, se llegó a la conclusión de que eran incapaces de discernir entre lo que era información y lo que era propaganda.

A esto debemos añadir que la concentración de empresas de comunicación en muy pocas manos dificulta enormemente la diversidad informativa.

El hombre no es sólo lo que es, también es lo que puede llegar a ser y aun no es, esa sería la esencia de su Libertad. Conviene sin embargo subrayar que el poder de lo externo es siempre muy superior al poder del individuo. Hay que recordar que la predisposición al conformismo es lógica si seguimos nuestro instinto de conservación, que es más potente en general que la conciencia y la moral, con lo que la libertad puede quedar adormecida. Hoy día la sobreinformación se ha convertido en un problema para la comprensión (Es más fácil para el mundo aceptar una simple mentira que una verdad compleja, decía Tocqueville hace ya 200 años).

Entonces, ¿podemos controlar la información que nos llega?, o será más bien al revés. Ante esta pregunta muchos pueden tener la tentación de cerrar los ojos y tirar la toalla.

Una de nuestra más preciada divisa, es la Libertad. Desde la masonería se nos alienta a defender este pilar básico de la sociedad. Pero esa labor se ha convertido en algo extremadamente complejo. Si la información que nos llega es propaganda, la libertad queda en entredicho.

Nos adentramos en la época de la comunicación instantánea y a la carta, donde algunos piensan que ha llegado la verdadera democracia informativa, miles de influencers, charlatanes o aprovechaos, hacen su agosto en las redes, pero no olvidemos que también hay gente que aporta seriedad y rigor, toda ello a golpe de un simple clic. Ya no se necesitan grandes inversiones para llegar a un público general muy amplio.

¿Es esta información fiable o necesita ser controlada? En mi opinión y aunque mucha de esta información es poco fiable, o simplemente disparatada, la censura de ideas es un paso muy arriesgado, que debemos meditar, si lo que buscamos es el camino de la libertad. Decía Jackes Ellul que “La propaganda no es nada sin un trabajo previo de información”. Es por esta razón que en la mayor parte de los países antiguos la propaganda se reservaba para los que tenían algo que decir en la vida pública, no estaba hecha para las masas que eran indiferentes a estas cuestiones. Sencillamente, porque no estaban informadas. La solución incómoda pasa por informarse debidamente, buscando con ahínco lo más parecido a la verdad, o al menos desterrar la mentira. Como vemos las bases de la manipulación moderna estaban ya trazadas desde hace más de un siglo, eso no ha cambiado, lo que si ha cambiado es la forma que tienen de llegar a la gente. No existe el “Mundo feliz” (8) ni es deseable, no se puede aniquilar lo que nos incomoda, solo hay que aprender a gestionar y a discernir. Desde la masonería podemos hacer frente a los tiempos que llegan a través de la duda y el debate, usamos esa duda para perfeccionar nuestra vida interior, limando día a día nuestros metales, usemos esa valiosa herramienta para hacer frente también al conocimiento exterior, que ahora llega en oleadas descontroladas, sin caer en el desánimo ni en descalificaciones fáciles.


1 - Neil Postman, “Divertirse hasta morir”

2- EL ESTUDIO SISTEMÁTICO de la psicología de Trotter y Le Bon, fueron quienes se aproximaron a la materia en el S.XIX desde una perspectiva científica, y Graham Wallas y Walter Lippmann, entre otros, quienes continuaron el trabajo de los primeros con investigaciones sobre la mentalidad de grupo individual.

3- Ortega tendra una pésima opinión de ellas cuando dice “masa es el hombre medio, masa es todo aquel que no se valora a si Considera el hombre masa como mediocre, insensible a la cultura, conformista, vulgar, desligado de la tradición, dominado por la colectividad, autosatisfecho y primitivo”

4 - (Para este tema se pueden ver los interesantes documentales de Adam Curtis “El siglo del individualismo partes 1,2,3 y 4”).

5 - “La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizados de las masas es un elemento de gran importancia en la democracia. Quienes manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que rige el destino de nuestro país. Quienes nos gobiernan, moldean nuestras mentes, definen nuestros gustos o nos sugieren nuestras ideas son en gran medida personas de las que nunca hemos oído hablar.” Decía Bernays en su libro “Propaganda”.

6 - Podrenos ver cómo en la comunicación, ya sea en los medios, entre profesor y alumnos, en el trabajo, hablamos de estilo “propagandístico” cuando no se plantea la posibilidad de un diálogo verdadero, ya que el emisor controla el proceso de la comunicación y quiere llevar al receptor a su

7 - Pero el problema fundamental de la información reside en otro lugar, en la estrecha relación que une información y propaganda y que impide que puedan separarse. Hará falta aceptar previamente algunos hechos respecto a la propaganda. Por ejemplo: los propagandistas hace ya mucho tiempo que se dieron cuenta de que la mentira no es un buen instrumento de propaganda, que la “verdad vale la pena”, que la

propaganda debe hacerse sobre hechos verídicos. Por otro lado hay que tener también en cuenta la existencia de una complicidad entre el propagandista y el “receptor de dicha propaganda”

8 – En la industria de la felicidad, la gente común quiere información ya El alegato final del mundo feliz sería:

“Una dictadura perfecta tendría la apariencia de democracia, pero sería básicamente una prisión sin muros donde los presos ni siquiera soñarían con escapar. Sería esencialmente un sistema de esclavitud en el que, gracias al consumo y al entretenimiento, los esclavos amarían la servidumbre” Aldous Huxley.


La francmasonería no profesa ningún dogma y  trabaja en una permanente búsqueda de la verdad, por ello las disertaciones publicadas en esta web no deben ser interpretadas como el posicionamiento de la Logia Gea en los temas tratados, sino como la expresión de la opinión de uno de sus miembros con el objetivo de incitar a  la reflexión y al debate constructivo que nos permite cumplir con los deberes masónicos con un mejor conocimiento de causa.


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NORMAS DE CORTESÍA

NORMAS DE CORTESÍA

Como hemos comentado en alguna ocasión, la cultura y el arte tienen el don de abrir infinitas posibilidades.

Recientemente, mientras leía Normas de cortesía de Amor Towles, me encontré con que George Washington (1731-1799), el primer presidente de los Estados Unidos recopiló 110 normas de cortesía que constituían principios fundamentales para la conducta humana, especialmente en la vida pública y política. En su tiempo, la cortesía era considerada un medio esencial para garantizar la convivencia civil y el respeto entre ciudadanos, así como para mantener la dignidad de las instituciones. Era, en muchos aspectos, un principio rector que aseguraba la armonía social.

Hoy en día, sin embargo, nos enfrentamos a un escenario muy diferente. La individualidad, la polarización, el mal uso de las redes sociales y la falta de valores fundamentales han hecho que vivamos tiempos difíciles para el respeto y la cortesía. Estos principios, que antaño formaban la base de la convivencia, parecen haber sido desplazados por actitudes egocéntricas y despectivas. La cortesía y el respeto han dejado de ser valores esenciales en el trato diario, lo que, a su vez, perjudica las interacciones humanas. Algo tan sencillo como viajar en metro se ha convertido en un observatorio de falta de respeto y mala educación, donde el espacio común se llena de comportamientos que nos recuerdan lo lejos que estamos de ese ideal de convivencia que, en su momento, considerábamos tan importante.

Este fenómeno no se limita al transporte público. En cualquier reunión de personas, es habitual encontrar a alguien que solo saluda a una parte de los asistentes, ignorando al resto, como si su presencia no tuviera valor. La situación se complica aún más cuando entran en juego otros colectivos, como padres y madres, dueños de perros, conductores, y otros tantos que, de alguna manera, parecen olvidar la importancia de la consideración mutua. La individualidad, la polarización, el mal uso de las redes sociales y la falta de valores en general nos han conducido a una situación en la que, cada vez más, es difícil encontrar un espacio de respeto genuino.

Es interesante recordar que George Washington era masón, y en sus Normas de cortesía podemos encontrar una clara referencia al respeto por la dignidad humana. En ellas se incluye una de las máximas más importantes de la masonería: "No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti". Este principio, aunque sencillo, tiene una profundidad considerable, y sigue siendo válido hoy en día. Respetar a los demás es el primer paso para ser respetado, y la empatía se convierte en una herramienta fundamental para la convivencia.

A quienes lean estas líneas, quiero hacer una advertencia importante. George Washington vivió en el siglo XVIII y fue un personaje controvertido por su apoyo a la esclavitud, un aspecto de su vida que no armoniza bien con la imagen moderna que tenemos de la masonería. Por tanto, es esencial leer sus Normas de cortesía con imparcialidad, sin perder de vista el contexto histórico en el que fueron escritas. Nos encontraremos, en algunos casos, con referencias religiosas, clasistas o incluso servilistas, propias de la época en la que Washington vivió. Algunas normas pueden parecer anacrónicas en el contexto actual, pero, en su mayoría, se trata de principios fundamentales para las relaciones humanas, el entendimiento mutuo y la cohesión social.

Creo firmemente que, en la actualidad, no estamos sobrados de estos valores. Vivimos en tiempos en los que el respeto y la cortesía son más necesarios que nunca, y quizás una mirada al pasado, como la que nos ofrece George Washington, nos ayude a recuperar algunos de los principios que nos hacen más humano

Aquí van. Disfrutadlas y por favor, no dejéis de leer la última.

  1. Cada acción realizada en compañía debe estar hecha con alguna señal de respeto a los que están presentes.
  2. Cuando estés acompañado, no pongas las manos en alguna parte del cuerpo en donde por lo general no sea común.
  3. No le muestres nada a tu amigo que pueda asustarlo.
  4. En presencia de otros, no te cantes a ti mismo con un tarareo, ni tamborilees con los dedos o los pies.
  5. Si toses, estornudas, suspiras o bostezas, hazlo en privado; y no hables mientras bostezas, utiliza el pañuelo o la mano y gira tu rostro de lado.
  6. No duermas cuando otros hablan, no te sientes cuando los demás están parados, no hables en momentos donde debes mantener la serenidad, no camines si los demás se detienen.
  7. No te quites la ropa en presencia de otros, ni salgas de tu recámara a medio vestir.
  8. En el juego y la vestimenta, utiliza buenos modales y procura no hablar más alto de lo normal para no afectar a otros.
  9. No escupas en el fuego, ni te agaches para tocarlo; no pongas las manos en el fuego para calentarte, ni coloques tus pies sobre el fuego, sobre todo si habrá carne antes de eso.
  10. Cuando te sientes, mantén los pies firmes sin poner uno sobre otro o cruzándolos.
  11. No te cambies frente a otros, ni te muerdas las uñas.
  12. No agites la cabeza, los pies o las piernas; no ruedes los ojos; no levantes una ceja más alta que la otra de manera irónica, y no le escupas a la cara a nadie con tu saliva por acercarte demasiado al hablar.
  13. No mates bichos, pulgas, piojos, garrapatas u otros insectos frente a los demás; si ves cualquier suciedad o saliva espesa en el suelo, pon el pie con destreza sobre ella.
  14. No le des la espalda a los demás, sobre todo al hablar; no corras a la mesa o hacia el escritorio en el que otro lee o escribe; no te apoyes en nadie.
  15. Mantén tus uñas limpias y cortas, también las manos y los dientes limpios, pero sin mostrar gran preocupación por ellos.
  16. No infles las mejillas, no saques la lengua con las manos o en la barba, no empujes hacia fuera los labios o los muerdas, no mantengas los labios demasiado abiertos o demasiado cerrados.
  17. No seas adulador, ni juegues con cualquiera con quien no haya agrado mutuo.
  18. No leas ninguna carta, libros o papeles cuando estés acompañado, pero cuando haya necesidad de hacerlo, pide permiso para salir. No te acerques a los libros o escritos de alguien sólo por curiosidad de leerlos y tampoco opines si no te lo han pedido. Además, no lleves la mirada a lo que otro está escribiendo.
  19. Deja que tu rostro sea agradable, pero en asuntos serios, que sea solemne.
  20. Los gestos del cuerpo deben ser adecuados para el discurso que emites.
  21. No reclames a nadie las flaquezas de la naturaleza, ni deleites a los que las tienen en cuenta.
  22. No te muestres contento o contenta ante la desgracia del otro, aunque sea tu enemigo.
  23. Cuando veas que un delito es castigado, es posible que interiormente te sientas complacido; pero siempre muestra piedad ante el infractor en sufrimiento.
  24. No te rías mucho o muy alto ante cualquier espectáculo público.
  25. Los elogios superfluos y toda afectación de ceremonias se deben evitar; sin embargo, donde sea debido, no deben ser descuidados.
  26. Al quitarte el sombrero ante personas distinguidas, como nobles, jueces, eclesiásticos, etc., haz una reverencia, inclinándote más o menos de acuerdo a la costumbre de la mejor calidad de las personas. Entre tus iguales no esperes siempre que deben empezar por ti, y quitarse el sombrero cuando no hay necesidad puede afectar. Al saludar con el cuerpo y saludar con palabras, mantén la costumbre más usual.
  27. A aquel que tiene demasiada prisa por ponerse su sombrero, no le va bien; sin embargo, debe ponérselo la primera vez, o como mucho la segunda vez que se le ha pedido. Las ceremonias sin límites son problemáticas; por eso en la conducta se debe saludar, tomar el lugar y sentarse.
  28. Si alguien viene a hablar contigo mientras estás sentado, ponte de pie, a pesar de que sea tu inferior, y cuando ofrezcas asientos, que sea para todo el mundo de acuerdo a su grado.
  29. Cuando te encuentras con alguien de mayor grado que tú, párate y retírate, sobre todo si estás en una puerta o cualquier lugar recto, para abrirle paso.
  30. Al caminar, el lugar jerárquico más alto en la mayoría de los países parece estar del lado derecho; por lo tanto, colócate a la izquierda de aquel a quien deseas honrar. Pero si tres caminan juntos, el lugar de en medio es el más honorable; la pared es dada al más digno si andan dos juntos.
  31. Si alguien que supera con creces a otros, ya sea en edad, estado o mérito, llega a ofrecer su lugar a uno de más bajo rango que él en su propio alojamiento o en otro lugar, no se le debe rechazar. Por otra parte, no se debe utilizar mucho fervor para ofrecerlo una o dos veces.
  32. A quien sea tu igual, o no muy inferior, debes ofrecerle el principal lugar en tu alojamiento, y aquel a quien se le ofrece debe rechazarlo primero y luego, en segundo lugar, aceptar, aunque no sin reconocer su propia indignidad.
  33. Las personas dignas tienen en todos los lugares precedencia, pero mientras son jóvenes, deben respetar los que son sus iguales en el nacimiento u otras cualidades, a pesar de que no tengan ningún cargo público.
  34. Es de buena educación preferir a los que les hablamos antes que a nosotros mismos, sobre todo si están por encima de nosotros, y de ninguna manera deberíamos comenzar a hablar con ellos.
  35. Deja que tu conversación con los hombres de negocios sea corta y completa.
  36. Los artífices y personas de bajo grado no deben hacer muchas ceremonias a las personas de alto grado, más que respetarlos y honrarlos, y los de alto grado deben tratarlos con amabilidad y cortesía, sin arrogancia
  37. Al hablar con personas de calidad no te inclines ni los mires directamente a la cara, ni te acerques demasiado de su lado derecho. Mantén un espacio respecto de ellos.
  38. Al visitar a los enfermos, no juegues al médico si no sabes lo que tienen.
  39. Al escribir o hablar, dale a cada persona lo que le corresponde de acuerdo a su título de grado y la costumbre del lugar.
  40. No luches con tu superior en una discusión, pero siempre presenta tu juicio a los demás con modestia.
  41. No enseñes a tu igual el arte de su profesión; eso indica arrogancia.
  42. Deja que tus ceremonias de cortesía sean las adecuadas a la dignidad de la persona con quien conversas, porque es absurdo actuar de la misma manera con un payaso que con un príncipe.
  43. No expreses alegría frente a alguien que está enfermo de dolor, ya que esa pasión va a agravar su miseria.
  44. Cuando un hombre hace todo lo posible, y el éxito no ocurre, no lo culpes a él.
  45. Antes de aconsejar o reprender a cualquiera, considera si debería ser en público o en privado, y en ese momento o en algún otro, en qué condiciones debes hacerlo, y no con el afán de reprobarle sino con toda dulzura y suavidad.
  46. Agradece todas las advertencias, en cualquier momento o lugar en que ocurran, pero después de no ser culpable, toma un tiempo y lugar convenientes para hacerle saber al otro lo que te dio.
  47. No bromees ni te burles de cualquier cosa de importancia. No hagas bromas que sean agudas, penetrantes, y si comentas algo ingenioso y agradable, abstente de reírte de ello tú mismo.
  48. En lo que repruebes a otro sé irreprochable, pues el ejemplo es más importante que los preceptos.
  49. No utilices un lenguaje de reproche contra nadie, ni maldigas, ni injuries.
  50. No te apresures a creer los informes que vuelan, sobre la denigración de cualquiera.
  51. No utilices ropa rota o polvorienta, cepilla una vez al día tu ropa y cuida que no quede expuesta a cualquier inmundicia.
  52. En tu ropa muestra modestia y esfuérzate para dar cabida a la naturaleza, en lugar de procurar la admiración; mantente a la moda de tus iguales, como son civiles, con respecto al tiempo y los lugares.
  53. No corras en las calles, ni vayas demasiado lento, ni con la boca abierta; no vayas agitando los brazos, ni los dedos, ni patees la tierra con tus pies, ni en un espectáculo de danza.
  54. No juegues al pavo real, mirándote en todas partes para ver si estás bien presentado, si tus zapatos encajan bien, si tus medias se sientan perfectamente o tu ropa es la adecuada.
  55. No comas en la calle, ni en la casa, comida fuera de temporada.
  56. Asóciate con las personas de buena calidad si estimas tu propia reputación; mejor estar solo que mal acompañado.
  57. Caminando arriba y abajo en una casa, cuando estés acompañado, si el acompañante tiene más grado que tú, primero cédele la derecha y no te detengas hasta que él lo haga y no seas el primero en girar, y cuando gires que sea con tu rostro hacia el acompañante; si es una persona de gran calidad no camines a su lado, sino un poco atrás de él, de tal manera que le sea fácil dirigirse a ti.
  58. Evita que tu conversación tenga malicia o envidia, pues esto es un signo de carácter dócil y encomiable, y en todas las causas de pasión, permite a la razón gobernar.
  59. Nunca expreses nada indecoroso, ni actúes en contra de las reglas morales ante tus inferiores.
  60. No seas modesto para instar a tus amigos a descubrir un secreto.
  61. Procura no hablar cosas frívolas entre intelectuales, tampoco toques temas complejos o hagas preguntas difíciles entre los ignorantes, o que sean difíciles de creer; no llenes tu discurso de oraciones entre tus superiores o iguales.
  62. No hables de cosas dolientes en un momento de alegría o en la mesa; no hables de las cosas tristes como la muerte y heridas, y si otros las mencionan, cambia, si es posible, el discurso. No cuentes tus sueños más que a tu amigo íntimo.
  63. Un hombre no debe valorarse a sí mismo por sus logros o cualidades raras de ingenio; mucho menos por su riqueza, virtud o cosas afines.
  64. No hagas una broma donde no hay el placer de la alegría; ríe, no en voz alta, ni en absoluto sin motivo; no te burles de la desgracia de nadie, aunque parezca que hay alguna causa.
  65. No hables palabras perjudiciales, ni en broma ni serio; no te burles de nadie, aunque se dé la ocasión.
  66. No seas perverso sino amable y cortés, sé el primero en saludar, escuchar y responder; y no seas pensativo cuando es un tiempo para conversar.
  67. No entres en detrimento ante los demás, ni seas excesivo al mando.
  68. No vayas donde no sabes si serás bienvenido o no; no des consejos sin que te lo hayan pedido, y cuando lo desees, hazlo brevemente.
  69. Si hay dos que están de acuerdo no tomes parte, y no seas obstinado en tu propia opinión. En cosas indiferentes, mantente del lado de la mayoría.
  70. No reprendas las imperfecciones de los demás porque eso le pertenece a los padres, los maestros y superiores.
  71. No mires las marcas o imperfecciones de los demás y no preguntes cómo aparecieron. Lo que puedes hablar en secreto con tu amigo, no se lo digas a otros.
  72. No hables en una lengua desconocida cuando estés acompañado, sino en tu propio idioma, como los hombres de calidad lo hacen y no como los vulgares. Los asuntos sublimes se tratan en serio.
  73. Piensa antes de hablar, pronuncia perfectamente; no pronuncies tus palabras con demasiada precipitación, sino ordenada y claramente.
  74. Cuando alguien habla, pon atención y no molestes a la audiencia. Si alguno duda en sus palabras, ayúdalo sólo si pide ayuda. No lo interrumpas ni respondas hasta que su discurso haya terminado.
  75. En medio del discurso no interrumpas para preguntar de qué se trata, pero si percibes cualquier pausa a causa de tu acercamiento, es correcto pedirle al otro suavemente que proceda. Si una persona de calidad se acerca mientras estás conversando, es cortés repetir lo que se dijo antes.
  76. Mientras hablas, no señales con el dedo a aquel con quien hablas, ni te le acerques demasiado, especialmente a su cara.
  77. Trata los negocios con los hombres en los tiempos precisos para ello, y no susurres en compañía de otros.
  78. No hagas comparaciones, y si alguno de los acompañantes es elogiado por algún acto valiente o virtuoso, no felicites a otro por lo mismo.
  79. No cuentes noticias si no sabes si son verdad. En cuanto a discutir sobre las cosas que has oído, mantén en secreto a tu autor. Siempre es un secreto que no se debe descubrir.
  80. No seas aburrido en el discurso o en la lectura, a menos que encuentres a tu acompañante complacido con ello.
  81. No seas curioso por conocer los asuntos de los demás, ni te acerques a los que hablan en privado.
  82. No prometas lo que no puedes realizar, y ten cuidado en mantener tu promesa.
  83. Al hacer una pregunta hazlo sin pasión y con discreción, y haz que la persona lo note.
  84. Cuando tus superiores hablen, no escuches lo que dicen, ni hables, ni rías.
  85. En compañía de los de mayor rango que tú, no hables hasta que se te pregunte; a continuación ponte de pie, retírate el sombrero y responde en pocas palabras.
  86. En las controversias, no estés deseoso de tener la razón hasta el punto de no dar libertad a cada uno para expresar su opinión y sométete al juicio de la mayoría, sobre todo si son jueces de la disputa.
  87. Deja que tu semblante sea tal que te convierta en una tumba, asentado y atento a lo que se habla. No contradigas en cada oportunidad lo que otros dicen.
  88. No seas aburrido en el discurso; que no tenga muchas digresiones, ni repitas a menudo el mismo tipo de discurso.
  89. No hables mal de los ausentes, porque es injusto.
  90. Al estar frente a un plato de carne no te rasques, ni escupas, tosas o te suenes la nariz, excepto que haya una necesidad para ello.
  91. No demuestres un gran placer frente a tus vituallas. No te alimentes con avidez. Come tu pan con un cuchillo. No te inclines sobre la mesa, ni busques alguna falla en lo que comes.
  92. No utilices la sal o cortes el pan con el cuchillo grasiento.
  93. Es decente entretener a cualquiera en la mesa para presentarle la carne. Sin embargo, no ayudes a aquellos que sean indeseados por el maestro.
  94. Si sumerges el pan en la salsa, cuida que no sea más de lo que pones en tu boca cada vez, y no soples el caldo en la mesa, sino espera hasta que se enfríe por sí mismo.
  95. No lleves la carne a la boca con el cuchillo en la mano, ni escupas las semillas de cualquier pastel de frutas en un plato, ni tires nada debajo de la mesa.
  96. Mantén tus dedos limpios, y cuando haga falta, límpialos en una esquina de la servilleta.
  97. No pongas otro bocado en la boca hasta que el previo haya sido tragado. No dejes que tus bocados sean demasiado grandes para la papada.
  98. No bebas ni hables con la boca llena, ni mires a tu alrededor mientras estás bebiendo.
  99. No bebas demasiado lento, ni con demasiada precipitación. Antes y después de beber, limpia tus labios. No respires ni en ese momento ni después con demasiado ruido, porque es incivilizado.
  100. No limpies tus dientes con el mantel, la servilleta, el tenedor o el cuchillo, pero si otros lo hacen, utiliza un escarbadientes.
  101. Enjuaga tu boca, pero no en presencia de los demás.
  102. Está fuera de uso llamar a los acompañantes a comer seguido. Tampoco necesitas que los demás beban cada vez que bebes.
  103. En compañía de tus superiores, no tardes más que ellos en comer. No extiendas tu brazo, sino sólo tu mano sobre la mesa.
  104. Corresponde al de mayor rango desplegar la servilleta y comer la carne en primer lugar. Pero él debería entonces comenzar a tiempo y despachar a los demás con destreza para que incluso el más lento tenga suficiente tiempo.
  105. No te enojes en la mesa a pesar de lo que pase y si tienes una razón para estarlo, muéstralo pero de una manera amable, especialmente si hay extraños, ya que el buen humor puede convertir un platillo en un festín de carne.
  106. No te coloques en la parte superior de la mesa, sólo que sea tu casa, o que el dueño de la casa lo quiera así. No luches por el lugar, para que no molestes a los acompañantes.
  107. Si otros hablan en la mesa sé atento, pero no hables cuando tengas carne en la boca.
  108. Cuando hables de Dios o sus atributos, hazlo serio y con reverencia. Honra y obedece a tus padres naturales, aunque sean pobres.
  109. Deja que tus recreaciones sean productivas, no pecaminosas.
  110. Trabaja para mantener viva en tu pecho esa pequeña chispa de fuego celestial llamada conciencia.

https://es.wikipedia.org/wiki/George_Washington

https://www.libreriapalas.es/libro/normas-de-cortesia_357072

 


La francmasonería no profesa ningún dogma y  trabaja en una permanente búsqueda de la verdad, por ello las disertaciones publicadas en esta web no deben ser interpretadas como el posicionamiento de la Logia Gea en los temas tratados, sino como la expresión de la opinión de uno de sus miembros con el objetivo de incitar a  la reflexión y al debate constructivo que nos permite cumplir con los deberes masónicos con un mejor conocimiento de causa.


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